Corazón Verde

Arrastrose suave lagartija

Sola por el frio pavimento

La simple luz se coló por la rendija

Recordando así su oscuro sentimiento

Maravillas en negro invadieron sus recuerdos

Claras oscuridades a venir en sus sueños

Mas siempre simples fueron sus empeños

Por escapar al mundo y a sus cerdos

Y ahora arrastrose solamente

Pobre lagartija en nadie creyente

Suave su piel, verde su memoria

Simple su vida, vida entre escoria

Contempló la luz en último momento

Y cerró sus ojos tranquilamente

Descansó su alma, y de repente

Cometió el fin ya nunca mas redento.

Suicida

Aun resplandece lánguido el recuerdo que, en un momento inalcanzable, en un instante interminable, en un segundo eterno fuera el sublime pesar de sus sentidos; que en ardientes extravíos marcara la colision de soles y planetas, e hiciera de la existencia presente una sombra de momentos.

Anarkos dijera el poeta, pero su mente, incapaz de suscribirse a tan absurda propuesta, mató el trago del olvido para sumarse a la furia del mundo.

Dejó la vida y se acercó al infinito, se perdió entre zafiros y diamantes y se olvidó de su gloria, mas nunca desapareció ese lánguido recuerdo.